lunes, 21 de diciembre de 2009

Muchas felicidades.


Esta es la última entrada de este año. Sólo quiero desearles a todos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.

Que en el 2010 se cumplan todos sus deseos.

Echaré de menos mucho a mi gente, la Noche Buena en la finca de Tomás junto a la pata de jamón mientras suena el Culiquitaca, por la mañana fun fun... y todos comemos, bebemos y bailamos. Este año no estará mi abuela tocando con el tenedor la botella de anís y bebiendo Sansón, seguro que lo hará donde esté.

La mejor postal navideña que les puedo dejar es la foto que me tomaron con una niña del poblado de Santa Lucía, el día que fuimos a repartirles juguetes y chocolate.

P.D: Díganle a Manolo Vieira que este fin de año cuente chistes nuevos y al Tete que por favor se mantenga un año más para poder ver un partido de primera.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Ayudando.



Anoche nos fuimos a repartir víveres a algunas familias que lo han perdido todo. Por la noche todo parece más triste y desolador. No fue una ayuda a gran escala sino que nos concentramos en seis familias. Les dejo algunas fotos de lo que hicimos.

jueves, 17 de diciembre de 2009

En el corazón de la desgracia...a perro flaco, todo son pulgas.




Hoy tenía pensado escribir otra cosa, pero sólo puedo hablar de un tema.

No sé si ha llegado a Canarias la noticia de que en Ayacucho anoche llovió mucho y hay varios muertos. La cosa es más grave de lo que puede parecer. Las calles se inundaron, muchos muertos aplastados por coches y sepultados por sus casas. Cientos de casas derrumbadas, muchas familias que no saben dónde dormirán esta noche.
Como he dicho en alguna ocasión, gran parte de las casas están hechas de adobe, que en un ladrillo fabricado con barro y paja, por lo que cuando pasa el agua, se lo lleva todo.

Yo estoy bien, por suerte estaba en el Centro Loyola y no me pasó nada. Hoy por la mañana fuimos a apoyar con la camioneta y hacer recuento de damnificados. El paisaje era desolador. Nunca pensé que una tragedia de tal magnitud me tocara tan de cerca. Los barrios afectados eran un caos, no hay agua ni luz, mucha gente desesperada porque no tiene casa, porque tienen un futuro incierto. Esta tarde tenemos una reunión para ver cómo nos organizamos y prestar una ayuda efectiva.

Varios de nuestros jóvenes están afectados, algunos sin casa, otras con peligro de derrumbe.

Les vuelvo a poner el número de cuenta que tiene el Centro Loyola. Es una cuenta en Euros, así que les será más fácil hacer el ingreso. Adjunto algunas fotos que saqué hoy.

Gracias por vuestra colaboración.

Juanillo, muchas gracias por los ánimos, hasta la victoria siempre.
BBVA- BANCO CONTINENTAL
0011-0202-0200024387-99
Cuenta a nombre: Carmen de los Rios.
Ayacucho- Huamanga

lunes, 7 de diciembre de 2009

En Canarias unos días...

No se me asusten, no me he ido ni voy a ir a Canarias.
Toda la vida nos han enseñado que las Canarias son siete islas situadas junto a África. Pero estos días en Lima he comprendido que las Islas se extienden hasta Perú.
Me desplacé hasta la capital peruana para realizar un curso y seguir formándome como acompañante de jóvenes. Un amigo me había facilitado el correo de un matrimonio de Canarias, que desde hace más de cuarenta años viven en Perú. Decido ponerme en contacto con ellos y les escribo un correo. Pasados unos días me llaman para preguntarme cuándo iría a Lima y dónde me quedaría. Les respondo que aun no tenía sitio para alojarme por lo que su respuesta inmediata es decirme que me quede en su casa, que allí tienen sitio para mí. Como parte de la vergüenza que tengo la he perdido aquí, acepto su invitación. El lunes llego a Lima y voy a su casa, me reciben con un buen desayuno y con una buena conversación canaria. Todos los días que estuve alojado en su casa tuve la sensación de encontrarme en mis Islas, no sólo por hablar con un palmero y una tinerfeña, sino por volver a sentir la hospitalidad y cariño de los canarios.
Además de formarme en el curso, aprendí varias cosas más importantes de este matrimonio. Sin conocerme de nada me abrieron las puertas de su casa, me ayudaron en todo y me han dado un buen ejemplo de vida, en el que uno da sin pedir nada a cambio. Estos días en Lima me han servido para renovar fuerzas, mejorarme de mi salud y conocer a dos buenos canarios y a su hijo, que me inició en la buena gastronomía peruana.
Ya sé que en Perú no estoy solo, pues una parte de mi tierra la tengo a pocos kilóletros, con las puertas abiertas.
PD. Me volví con un paquete de gofio para recuperar fuerzas.
Muchas gracias a Mary Carmen, Javier y Emilio por estos días.