miércoles, 28 de abril de 2010

Instrucciones para sobrevivir...




Como les dije en la última entrada estuve de vacaciones por el norte de Perú y como siempre mil cosas por contar.
Los primeros días fueron en Lima, respirando aires de ciudad que de vez en cuando hacen falta, es que Ayacucho a veces se me hace muy pequeño. En esta gran ciudad aprovechamos para visitar, disfrutar de playas, de comidas, del mejor pescado...

El mismo día decidimos irnos al norte, ya que la otra opción era ir a la selva, pero lo descartamos ya que hacía unos días hubo riadas y murió gente.

Cogemos sobre las 3 de la tarde la guagua con destino a Tumbes que está limitando con Ecuador, nos quedan por delante 17 horas de viaje. Esta vez tenemos que viajar en el segundo piso, que es más incómodo, y aguantamos como podemos las películas malas que nos ponen, dormimos algo y sin darnos cuenta estamos llegando a Máncora. Cuando hacemos la parada allí decidimos no ir hasta Tumbes sino quedarnos en Máncora. Como siempre que viajo, no tengo buscado hotel. Los conductores de motos nos acosan diciendo que nos llevan a un buen hotel, que si es muy barato... y como yo no me fio ni de mí mismo, decidimos preguntar en la municipalidad y nos recomienda uno cerca del mar. Dormimos y vamos en busca de buenas playas, ya que dicen que esta parte es el caribe peruano y sus aguas son más cálidas.

Llegamos  a la playa y es verdad, llena de cocoteros y arena blanca, pero con unas piedras que era misión imposible bañarse, así que sólo pudimos mojarnos los pies y poco más. Después de estar un rato cual lagarto al sol, nos vamos a comer un rico arroz con mariscos y un pescado frito, todo muy rico. Por la tarde disfruto de mi primera puesta de sol después de 7 meses, y recuerdo mi Tenerife y mi isla querida de El Hierro, con sus atardeceres desde el faro...me vienen los recuerdos, tanto que he dejado allí, y decido bañarme para ahogar las penas.

El segundo día vamos a Piura, aguantamos 5 horas en una guagua que parecía un horno y llegamos a nuestro destino. De Piura hay poco que contar, lo único que nos dijeron que valía la pena era un pueblito cercano donde se vendía artesanía. Vamos a Catacaos y por la tarde nos vamos con destino a Chiclayo.

Cuando llegamos a Chiclayo pienso que no es buena idea quedarse, ya que nos traumó la visita a Piura, pero el taxista nos convence. Visitamos restos arqueológicos, el señor de Sipán, museos... Por la noche guagua con destino a Cajamarca.

Llegamos a las 3.30 de la madrugada a Cajamarca, damos gracias a Dios por seguir vivos, ya que el viaje fue mortal. Me explico mejor. La carretera está casi siempre al borde de un precipicio y el conductor se dedicaba a hacer adelantamientos en curva, a adelantar guaguas en sitios impensables... cuando miraba por la ventana rezaba. Esperamos en la estación hasta que sean las 5 ya que a esa hora comienza el día hotelero. Decidimos ir a un hotel que está frente a la plaza de armas y es precioso. La ciudad es una maravilla, vamos a desayunar a uno de los restaurantes más famosos y salimos encantados. Visitamos la ciudad, paseamos y lo mejor de todo, comemos. La gente aquí es muy amable, te ayudan en todo. Como estamos tan encantados con el restaurante, hacemos todas nuestras comidas allí y nos hacemos amigos de un camarero que nos atendía como reyes. Vamos a los baños del Inca que son aguas termales naturales, donde el inca Atahualpa fue a curarse sus heridas. Disfrutamos y descansamos, esta vez desechamos la idea de visitar más restos arqueológicos, estamos muy cansados.

Muy apenados nos vamos de Cajamarca con rumbo a Trujillo.

Llegamos de madrugada y vamos al hotel. Después de unas horas de descanso vamos a conocer la ciudad. Nos informamos de las alternativas y nos dicen que lo más interesante para visitar es Chan Chan y las huacas del sol y la luna, así que hacemos dichas visitas. Los lugares son espectaculares y algunos restos se conservan muy bien. Una de las mejores cosas de la ciudad es la comida, el mejor plato que probé fue el cabrito con frijoles y arroz...sin palabras.

Después de dos días en Trujillo y con miles de restos en nuestras cabezas, nos vamos a Lima. Descansamos dos días y vamos con destino a Ayacucho.

En Ayacucho me pongo al día y para no variar me enfermo del estómago nuevamente, esta vez es una infección intestinal, es que me gusta coleccionar enfermedades, ya van dos úlceras, una gastritis y ahora infección... qué será lo próximo...lo veremos en el próximo capítulo, menos mal que me lo tomo a broma.

Ayer inauguramos el nuevo local donde tendremos las reuniones con los chicos, el alquiler de dicho local ha sido gracias a la ayuda de canarios generosos que quisieron colaborar en este proyecto. Hasta hay un rincón de las Islas Canarias, que aparece en las fotos. Los chicos están muy agradecidos con los que colaboraron. Y como regalo les enseñaré a bailar folías, isas, polcas...para que bailen en el día de Canarias.

Como ven, todo me va muy bien, todo sigue su camino aunque a veces encuentre piedras. Ismael Serrano saca nuevo disco y me lo tengo que piratear, Joaquín Sabina viene a Lima pero al módico precio de 60 euros, así que otra vez será...

Muchas gracias a todos por el apoyo, por seguir ahí, por todos los mensajes de ánimo.

Aunque no es el día aprovecho para felicitar a mi madre, que es la mejor del mundo.

3 comentarios:

Kaesar dijo...

Que buen viaje tas pegao amigo! Ya te pediré consejo cuando vaya a viajar para que me digas que es lo más bonito e interesante de visitar. Animo y que te pongas bien! Un abrazo.

Metztli dijo...

Jo, que ganas me dan de volver a Perú con todo lo que estas contando.....esta zona no la conozco.
Me alegro de que lo estes pasando genial y siento muchisimo lo de tu estomago, espero que te recuperes pronto.
Un abrazo.

Inma dijo...

Felisuco un beso enorme jejeje cada vez que me siento en el ordenador, me parece mentira estar leyendo en tu blog todo lo que cuentas. Desde Tenerife un abrazo muy grande. Mucha suerte y mucho ánimo