martes, 3 de mayo de 2011

Estoy harto.

Estoy harto de ver y escuchar las mismas noticias. 

Que si unos que se llaman príncipes detienen al mundo para ver cómo presumen de su riqueza y de los millones que se han gastado (previo pago de los británicos) para celebrar una simple boda, y lo peor es que hay gente que se interesa por eso.

De que el mundo se vuelva a detener por "subir de grado" a un papa, que lo que hizo en vida no fue con la intención de que nadie le alabara, sino porque todos tenemos el deber de hacer las cosas bien. Y ves en la tele el gasto que se ha hecho para la celebración, que mucha gente ha pagado lo que no tiene para asistir a una celebración.

De que un supuesto "premio novel de la paz" llamado Obama, alardee y se regocije de una muerte, aunque sea de un terrorista. ¿Acaso un asesinato es causa de celebración?

De que el mundo se pare para ver cómo 22 millonarios golpean un balón, de que la gente se insulte por eso, de que pongan como foto de perfil la foto de algún jugador, del fanatismo...

Y mientras pasa todo esto en el mundo, en el mal llamado "primer mundo", aquí sigue muriendo gente por no tener un médico cerca, por no tener nada que comer; hay miles de niños trabajadores haciendo lo que haga falta por ganarse unos Soles, niños que no pueden ir a la escuela, familias sin casa... 

¿Para qué escribo esto? Para que TÚ, que ves esas bodas, esas beatificaciones y esas muertes, te pares un momento y pienses, y luego te remuerda la conciencia.

Sé que no se puede comparar las situaciones de los diferentes países, no pretendo que Europa sea igual que Perú, pero cuando uno vive toda esta realidad en carne propia no se puede quedar "inmóvil al borde del camino".

La única batalla que se pierde es la que se abandona...

De regalo un video... http://www.youtube.com/watch?v=fa-MdxkWSz8

1 comentario:

Palomita dijo...

Que impotencia sentir todo eso. pero sentimos que el mundo está cambiando. no todos se sientan acomodados sin querer pensar... muchos son los que cada día hacen que merezca la pena.
Los que trabajan con discapacidad, los que cuidan de los otros, los que escuchan, los que luchan por la paz...
Semillas que sin plantar aún, sentimos que algún día brotarán. Confiamos en ello.
Gracias por tus palabras.